Nuestra América contiene el aliento

Por Ignacio Cirio (*)

La edición de "Siete sobre Siete" del pasado lunes estuvo dedicada a un educador. Las páginas que siguen también están dedicadas a un educador que jamás, a lo que se sabe, se paró frente a un grupo de discípulos en el sentido clásico de la expresión, sino que eligió a todo el Tercer Mundo como un aula en la que se mueve a sus anchas. Un educador que, como tal ha rehusado jamás jubilarse, retirarse, disfrutar de las mieles y los laureles que le significan ser el latinoamericano más importante del siglo XX, y por lo que se tiene a la vista, también del XXI. Sus últimas palabras públicas, reproducidas en esta misma página, concluyen con un llamamiento que cualquier hombre o mujer digno sobre la Tierra —¿de derecha?, ¿de izquierda?, ¿materialista?, ¿cristiano?— podría estampar en letras de molde y colocar en la habitación de su hijo: hay que luchar y trabajar. El incansable educador continúa con su labor. Ojalá no sea esta su última lección para una humanidad que parece encaminarse a galope tendido hacia el analfabetismo cultural y su saldo de injusticias que rompen los límites de las imaginaciones más penumbrosas.

(*) Ignacio Cirio, es jefe de redacción del Semanario uruguayo Siete sobre siete