Hora de decisiones
Luego de 18 días, continua el paro por tiempo indeterminado con corte de rutas convocado por las cuatro entidades del campo: Federación Agraria (que representa a los pequeños y medianos productores), CONINAGRO (cooperativas), Confederaciones Rurales (gran sector ganadero y lechero) y la Sociedad Rural (los grandes terratenientes). La medida se dispuso cuando el gobierno de Cristina Fernández resolvió aumentar las retenciones a las exportaciones agropecuarias.
¿Qué es lo que está en juego en este paro? Para los pequeños productores, se plantea una cuestión de supervivencia. El gobierno solo está preocupado por aumentar sus ingresos fiscales, y obligará al eslabón más débil de la cadena productiva a vender sus campos a los grandes terratenientes. La Sociedad Rural nunca estuvo de acuerdo con las retenciones, a las cuales consideran socializantes y confiscatorias, y este paro les viene de perillas, para tratar de torcer el rumbo político de un gobierno que está más cerca de Caracas y el Mercosur que del Departamento de Estado norteamericano.
Solo así se entiende el apoyo logrado en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires de parte de los “caceroleros” de Bario Norte, que solamente han salido a la calle para defender sus ahorros confiscados por el tándem Cavallo-De la Rúa (2001); para apoyar la política de entrega del gobierno de Menem en la famosa plaza del “SI” (1989), o el derrocamiento de Perón en 1955, cuando la oligarquía se hizo cargo del gobierno a través de el general Aramburu y el Almirante Rojas.
El gobierno tiene que quebrar esta alianza contra natura de las cuatro entidades del campo proponiendo entre otras medidas: retenciones diferenciadas y mínimas para los pequeños y medianos productores, un decidido apoyo a los sectores postergados de las economías regionales, y crédito para maquinaria a los más pequeños. Y fundamentalmente que las retenciones sirvan para mejorar la calidad de vida de los argentinos en salud, educación, vivienda y para tener un servicio de transporte ferroviario digno para todo el pueblo trabajador.
Si la base de sustentación popular de Cristina Fernández son los camioneros de Hugo Moyano y la Federación de Tierra y Vivienda que encabeza Luis Delia, estamos ante gobierno muy débil, que no ha sabido construir políticamente ni dentro del Partido Justicialista, ni en la extinguida transversalidad.