domingo, mayo 24, 2009

El primer banquero de Venezuela




Por Pascual Serrano (*)

Leyendo los titulares de la prensa de ayer, 22 de mayo, sólo se puede llegar a la conclusión de que en Venezuela hay un empresario de apellido Chávez que compra bancos. Para los medios no es que el Estado venezolano haya comprado el Banco de Santander, ha sido Chávez quien ha sacado los millones de su bolsillo y se lo ha quedado. Es curiosa la sintonía de todos los medios: Agencia Afp: Grupo Santander vende a Chávez el Banco de Venezuela por 1.050 USD millones, El Mundo: Santander vende a Chávez su filial en Venezuela por 750 millones, Efe en Heraldo de Soria: El Santander acuerda la venta del Banco de Venezuela a Chávez, RTVE: El Santander vende a Chávez su filial en Venezuela por 750 millones, El País: El Santander vende su filial venezolana a Chávez por 750 millones.

Y, por si no fuera poco, El Mundo llega a titular Chávez se convierte en el primer banquero de Venezuela. Será el primer banquero y el primer médico y el primer maestro, porque ha desarrollado también la sanidad y la educación públicas. Y el primer ingeniero de carreteras si desarrolla la infraestructura viaria. De nada sirve que el presidente venezolano aclare lo obvio y diga que estas empresas que ahora se nacionalizan "no son propiedad de Chávez, ni del Gobierno, sino del colectivo".

Hubiera sido más lógico decir "el banco de Botín" en lugar del "banco de Chávez", porque antes de la venta sí que era de Botín, puesto que se trataba del principal accionista individual.
En El País del día siguiente, ya ni siquiera Chávez compra el banco, se lo entregan: "El Santander entrega el Banco de de Venezuela a Chávez por 755 millones".

Lo curioso es que esto sucede en un momento en que hasta desde las posiciones neoliberales los estados están comprando accionariado de los bancos, es decir, nacionalizando. Medio año antes, Bush anunció la compra de acciones en nueve de los mayores bancos del país por un total de 250.000 millones de dólares. Claro que, entonces, el dueño ya no era el presidente, por eso titulaban EE UU negocia la nacionalización de hasta el 40% de Citigroup (El País 22-2-2009) o EEUU baraja nacionalizar parte de la banca (Público 9-20-2008). No publicaban que Obama negocia la compra o Bush baraja comprar.

El objetivo informativo está claro: evitar la asociación entre Hugo Chávez como legítimo representante de los venezolanos y convertir las decisiones de su gobierno en iniciativas personales y, si es posible, que las audiencias crean que el banco se lo queda Chávez para él.


(*)Pascual Serrano es periodista. Su último libro es "Desinformación. Cómo los medios ocultan el mundo". Tomado de Rebelión

jueves, mayo 14, 2009

El mercado chileno de capitales y la crisis financiera mundial



Por José Cademártori (*)

En el mes de Septiembre del año pasado, justo cuando se iniciaba el desplome de Wall Street, el Ministro de Hacienda, Andrés Velasco presentaba ante el Congreso Nacional el Estado de la Hacienda Pública. Uno de sus principales acápites se dedica a cantar loas al mercado de capitales, el cual se presenta como un mecanismo cuasi perfecto para la mejor asignación de los recursos del país, “una necesidad para los hogares menos privilegiados”... “para expandir las micro empresas”, “para financiar la primera vivienda de la clase media..” y para “proteger a las personas y los bienes” (pag. 103).

Cuando hemos presenciado cómo se derrumbaron los más poderosos bancos norteamericanos y otros similares europeos, cómo cayó la AIG, el mayor consorcio de seguros del mundo, cómo el gobierno norteamericano tuvo que gastar billones para rescatar a bancos, aseguradoras, compañías de crédito hipotecario de sus descomunales errores, cómo millones de familias norteamericanas han perdido empleos y sus viviendas y cientos de miles de pequeñas empresas han ido a la quiebra, pareciera que el autor de ese texto estaba burlándose de sus lectores; pero no, sólo estaba repitiendo uno de esas típicas apologías del neoliberalismo, muy distantes de la cruel realidad. El autor se defenderá con que la catástrofe financiera y económica no estaba sucediendo en Chile, sino en EE.UU. y otros países ricos, que aquí estamos sólidos. (“blindados”, se llegó a decir). Ciertamente, por ahora, no hemos llegado a la profundidad de los países capitalistas más desarrollados, pero nada asegura que la crisis aún se agrave en el mundo y también en Chile.

Desde luego, ya ha habido algunos episodios críticos en el mercado de capitales: la quiebra de ALFA, una importante corredora de la bolsa, por especular permanentemente al límite: ya hubo una primera crisis de liquidez que paralizó el crédito bancario y Velasco tuvo que taparla a costa de destinar 1.000 millones de dólares en 24 horas para socorrer a los bancos. Tampoco su estado de la economía previó que pocos meses más se produciría cuantiosas pérdidas en los fondos previsionales de las AFP, principalmente por las colocaciones que éstas hicieron en el exterior, aumentadas por la autorización gubernamental. Entretanto desde diciembre, llevamos cinco meses seguidos de contracción productiva, según el Imacec y el desempleo sigue escalando a cifras records.

El objetivo reiterado por el Ministro Velasco y otros economistas de la concertación y de la derecha, en perfecto acuerdo con los grupos financieros, es que Chile debe seguir expandiendo al máximo el mercado de capitales, con las mayores libertades posibles y estimulado convenientemente con subsidios y recortes tributarios para sus gestores. El Informe 2008 reconoce que es la misma línea seguida desde los primeros años de la dictadura, con medidas como la liberalización de las tasas de interés, la privatización del sistema previsional, bancos y empresas de servicios públicos, la autonomía del Banco Central y en los años noventa, entre otras, la remoción del control del movimiento de capitales en moneda extranjera.

Luego vinieron en el 2001, la ley MKI “que tuvo como uno de sus principales componentes la liberación del impuesto a la ganancia de capital sobre acciones con presencia bursátil”(pag 111); la ley MKII (2007) que “estableció una exención tributaria a las ganancias de capital obtenidas en la venta de acciones de sociedades de capital de riesgo”. (pag 112) Permite además el surgimiento de un submercado de “alto rendimiento”, (obviamente en base a especulación) la inversión en instrumentos de baja calidad (inferior a BBB, también llamados bonos basura) y la creación de nuevos y sofisticados valores ficticios.

Un típico submercado de esta clase es el de los Hedge Funds. (Según el diccionario “hedge” tiene varias aplicaciones como “vagabundo”, “hediondo”, “clandestino”, “enredoso”, etc. En la Bolsa es una apuesta en sentido contrario a otra del mismo apostador, para compensar posibles pérdidas. To hedge es evadirse y también se refiere a un sujeto de mala ralea) Mientras esta “industria” de los hedge funds está en tela de juicio en el exterior, como factores de la crisis, en Chile son cada vez más demandados, algunos ya obtienen altos rendimientos, gracias a que sus administradores operan “apalancados” o sea en base a fuerte endeudamiento. (El Mercurio, 6 de diciembre 2008) Aunque los apostadores de estos fondos son la gente más rica y ociosa del país, su ruina puede desencadenar graves crisis sistémicas arrastrando a muchos miles de inocentes, como lo estamos viendo en EE.UU. y otros países, además de los altos costos para los contribuyentes y para los servicios sociales traerá el alto rescate que se está dando a los culpables de la debacle.

Con razón, con todas las reformas legales impulsadas por los gobiernos de la Concertación, los negocios bursátiles se han multiplicado casi 8 veces entre 20001 y 2007 y la Bolsa de Santiago es más grande que las de Buenos Aires, Caracas y Bogotá, a pesar de que las economía reales de Argentina, Venezuela y Colombia son más grandes que la de Chile.

Este gigantismo a que se aspira es todo lo contrario de lo que debe ser. No es efectivo que el desarrollo económico estable de un país (y no un crecimiento anárquico, concentrado en unos pocos, sin dirección colectiva planificada y controlada) se logra con un sistema financiero sobredimensionado y desregulado. Más bien al contrario, las volatilidades y vulnerabilidades que lo caracterizan se trasmiten a la economía real, con catastróficos efectos, como se ha demostrado en muchos casos en el pasado reciente. (México, Argentina, Uruguay y Chile) Precisamente, entre las causas de la crisis financiera global están la hipertrofia y la desregulación otorgadas a las operaciones de capital, al punto que el G-20 reconoce ya la necesidad de profundas reorganizaciones del sistema financiero).

En Chile, como en EE.UU, los llamados servicios financieros han ido absorbiendo una proporción creciente del PIB, dejando muy atrás, los ingresos de actividades productivas como, por ejemplo, la agricultura y la industria manufacturera.( Cuadro 2, pag 21) Es una inversión de valores y prioridades. Dentro de los servicios financieros, las ganancias de los intermediarios (bancos, corredores, AFP, etc) y las remuneraciones a sus ejecutivos son enormes, comparadas con las mismas que se pagan en actividades productivas y sociales. Los ingresos de banqueros y financistas constituyen para las pymes y los consumidores una carga gravosa que se traduce en elevados intereses y comisiones, a la vez que esos mismos bancos pagan a los pequeños ahorristas magros intereses por sus colocaciones. Con razón, hoy son muchos y prestigiosos reconocidos economistas norteamericanos y europeos están proponiendo la nacionalización de los bancos y compañías financieras. Aunque sea en forma transitoria, la nacionalización es un reconocimiento que los banqueros y financistas privados ya no pueden manejar una actividad basada en recursos ajenos y que es vital para la seguridad y estabilidad de la economía de las naciones.


(*) José Cademártori fue ministro de Economía del Presidente Allende. Tomado de Rebelión

viernes, mayo 01, 2009

Reflexiones del Compañero Fidel: El día de los pobres del mundo



Mañana es el Día Internacional de los Trabajadores.


Carlos Marx convocó a la unión: “Proletarios de todos los países, uníos”, aunque muchos pobres no eran proletarios. Lenin, más amplio todavía, llamó también a los campesinos y a los pueblos colonizados a luchar unidos bajo la dirección del proletariado.

La fecha de la celebración se escogió como homenaje a los mártires de Chicago cuando el 1ro. de Mayo de 1886 iniciaron una huelga, en un país capitalista cuya masa trabajadora sufría el desempleo y otras calamidades asociadas a las crisis económicas, inseparables del sistema. Sus derechos no se reconocían y los sindicatos eran vistos por la burguesía cual si fuesen organizaciones terroristas enemigas del pueblo de Estados Unidos.

Los capitalistas acudieron posteriormente a sus mejores armas: la división y el economicismo para desmontar la lucha revolucionaria. El movimiento obrero se dividió y las demandas sindicales, para muchos en medio de la pobreza reinante, eran el objetivo principal, más que el cambio de la sociedad.

Estados Unidos se convirtió en el país capitalista con mayores diferencias entre los ingresos de los ricos y los pobres. A la sombra de su hegemonía, América Latina se convirtió, a su vez, en el área del Tercer Mundo, donde las desigualdades entre ricos y pobres eran más profundas. Los ricos disfrutaban de niveles de vida, comparables con los de las burguesías de los países desarrollados de Europa. La noción de Patria había desaparecido en las capas más ricas de la población.

Era inevitable el choque de la gran potencia del Norte y la Revolución Cubana. La heroica resistencia del pueblo de nuestro pequeño país fue subestimada.

Hoy están dispuestos a perdonarnos si nos resignáramos a volver al redil cual esclavos que, después de conocer la libertad, aceptaran de nuevo el látigo y el yugo.

Hoy el planeta se debate entre crisis económicas, pandemias, cambios climáticos, peligros de guerras y otros problemas concurrentes. La tarea política se vuelve más compleja, y existen todavía los que se hacen ilusiones de que los pueblos pueden ser manejados como títeres.

No puede decirse todavía la última palabra sobre la evolución futura de la actual administración norteamericana. Hay elementos nuevos, tanto de carácter objetivo como subjetivo. Estudiamos y observamos cuidadosamente cada uno de sus pasos. No somos incendiarios como algunos imaginan, pero tampoco tontos que se dejan engañar fácilmente por los que creen que lo único importante en el mundo son las leyes del mercado y el sistema capitalista de producción. Estamos todos en el deber de luchar por la paz; no existe otra alternativa. Jamás, sin embargo, el adversario debe hacerse la ilusión de que Cuba se rinda.

Esperamos que cada Primero de Mayo miles de hombres y mujeres de todos los rincones del planeta compartan con nosotros el Día Internacional de los Trabajadores, que durante 50 años hemos venido celebrando. No en vano, mucho antes del Primero de Enero de 1959 habíamos proclamado que nuestra Revolución sería la Revolución de los humildes, por los humildes y para los humildes. Los éxitos de nuestra Patria en las esferas de la educación, la salud, la ciencia, la cultura y otras ramas, y en especial la fuerza y la unidad del pueblo, lo están demostrando, a pesar del bloqueo despiadado.


Fidel Castro Ruz
Abril 30 de 2009
6 y 18 p.m.