sábado, junio 28, 2008

Reflexiones del Compañero Fidel: Salvador Allende, ejemplo que perdura




Nació hace cien años en Valparaíso, al sur de Chile, el 26 de junio de 1908. Su padre, de clase media, abogado y notario, militaba en el Partido Radical chileno. Cuando yo nací, Allende tenía 18 años. Realiza sus estudios medios en un liceo de la ciudad natal.

En sus años de estudiante preuniversitario, un viejo anarquista italiano, Juan Demarchi, lo pone en contacto con los libros de Marx.

Se gradúa como alumno excelente.

Le gusta el deporte y lo practica. Ingresa voluntario al servicio militar en el Regimiento Coraceros de Viña del Mar.

Solicita traslado al Regimiento Lanceros de Tacna, un enclave chileno en el norte seco y semidesértico posteriormente devuelto a Perú. Egresa como oficial de reserva del Ejército. Lo hace ya como hombre de ideas socialistas y marxistas. No se trataba de un joven blando y sin carácter. Era como si adivinara que un día combatiría hasta la muerte defendiendo las convicciones que ya comenzaban a gestarse en su mente.

Decide estudiar la noble carrera de Medicina en la Universidad de Chile.

Organiza un grupo de compañeros que se reúnen periódicamente para leer y discutir sobre el marxismo. Funda el Grupo Avance en 1929. Es elegido vicepresidente de la Federación de Estudiantes de Chile en 1930 y participa activamente en la lucha contra la dictadura de Carlos Ibáñez.

Se había desatado ya la gran depresión económica en Estados Unidos con la crisis de la Bolsa de Valores que estalló en 1929. Cuba se adentraba en la lucha contra la tiranía machadista. Mella había sido asesinado.

Los obreros y los estudiantes cubanos se enfrentaban a la represión. Los comunistas, con Martínez Villena al frente, desataban la huelga general. “Hace falta una carga paramatar bribones, para acabar la obra de las revoluciones...” ―había proclamado en vibrante poema. Guiteras, de profunda raíz antiimperialista, intenta derrocar la tiranía con las armas. Cae Machado, que no puede resistir el empuje de la nación, y surge una revolución que Estados Unidos en pocos meses, con guantes de seda y mano de hierro, aplasta, y su dominio absoluto perdura hasta 1959.

Durante ese período Salvador Allende, en un país donde la dominación imperialista se ejercía brutalmente sobre sus trabajadores, su cultura y sus riquezas naturales, lleva a cabo una lucha consecuente que nunca lo apartó de su intachable conducta revolucionaria.
En 1933 se gradúa de médico. Participa en la fundación del Partido Socialista de Chile. Es ya dirigente en 1935 de la Asociación Médica Chilena. Sufre prisión durante casi medio año. Impulsa el esfuerzo para crear el Frente Popular, y lo eligen subsecretario general del Partido Socialista en 1936.

En septiembre de 1939 asume la Cartera de Salubridad en el gobierno del Frente Popular. Publica un libro suyo sobre medicina social. Organiza la primera Exposición de la Vivienda. Participa en el año 1941 en la reunión anual de la Asociación Médica Americana en Estados Unidos. Asciende en 1942 a Secretario General del Partido Socialista de Chile. Vota en el Senado, en el año 1947, contra la Ley de Defensa Permanente de la Democracia, conocida como “Ley Maldita” por su carácter represivo. Asciende en 1949 a Presidente del Colegio Médico.

En 1952 el Frente del Pueblo lo postula para Presidente. Tenía entonces 44 años. Pierde. Presenta en el Senado un proyecto de ley para la nacionalización del cobre. Viaja a Francia, Italia, Unión Soviética y la República Popular China en 1954.

Cuatro años después, en 1958, es proclamado candidato a la Presidencia de la República por el Frente de Acción Popular, constituido por la Unión Socialista Popular, el Partido Socialista de Chile y el Partido Comunista. Pierde la elección frente al conservador Jorge Alessandri.
Asiste en 1959 a la toma de posesión como Presidente de Venezuela de Rómulo Betancourt, considerado hasta entonces una figura revolucionaria de izquierda.

Viaja ese mismo año a La Habana y se entrevista con el Che y conmigo. Respalda en 1960 a los mineros del carbón, que paralizan su trabajo durante más de tres meses.

Denuncia junto al Che en 1961 el carácter demagógico de la Alianza para el Progreso en la reunión de la OEA que tuvo lugar en Punta del Este, Uruguay.

Designado de nuevo candidato a la Presidencia, es derrotado en 1964 por Eduardo Frei Montalva, demócratacristiano que contó con todos los recursos de las clases dominantes y que, según datos revelados en documentos desclasificados del Senado de Estados Unidos, recibió dinero de la CIA para apoyar su campaña.

En su gobierno, el imperialismo trató de diseñar lo que se dio en llamar la “Revolución en Libertad”, como respuesta ideológica a la Revolución Cubana. Lo que engendró fueron los fundamentos de la tiranía fascista. En esa elección, Allende obtiene, sin embargo, más de un millón de votos.

Encabeza en 1966 la delegación que asiste a la Conferencia Tricontinental de La Habana. Visita la Unión Soviética en el 50 Aniversario de la Revolución de Octubre. El año siguiente, 1968, visita la República Democrática de Corea, la República Democrática de Viet Nam, donde tiene la satisfacción de conocer y conversar con el extraordinario dirigente de ese país, Ho Chi Minh. Incluye en ese mismo recorrido a Camboya y Laos, en plena efervescencia revolucionaria.
Tras la muerte del Che, acompaña personalmente hasta Tahití a tres cubanos de la guerrilla en Bolivia, que sobrevivieron a la caída del Guerrillero Heroico y se encontraban ya en territorio chileno.

La Unidad Popular, coalición política integrada por comunistas, socialistas, radicales, MAPU, PADENA y Acción Popular Independiente, lo proclama su candidato el 22 de enero de 1970, y triunfa el 4 de septiembre en los comicios de ese año.

Es un ejemplo verdaderamente clásico de la lucha por vías pacíficas para establecer el socialismo.
El gobierno de Estados Unidos, presidido por Richard Nixon, después del triunfo electoral entra de inmediato en acción. El Comandante en Jefe del Ejército chileno, general René Schneider, es víctima de un atentado el 22 de octubre y fallece tres días después porque no se plegaba a la demanda imperialista de un golpe de Estado. Fracasa el intento de impedir la llegada de la Unidad Popular al gobierno.

Allende asume legalmente con toda dignidad el cargo de Presidente de Chile el 3 de noviembre de 1970. Comienza desde el gobierno su heroica batalla por los cambios, enfrentando al fascismo. Tenía ya 62 años de edad. Me cupo el honor de haber compartido con él 14 años de lucha antiimperialista desde el triunfo de la Revolución Cubana.

En las elecciones municipales de marzo del año 1971, la Unidad Popular obtiene mayoría absoluta de los votos con 50,86 por ciento. El 11 de julio el presidente Allende promulga la Ley de Nacionalización del Cobre, una idea que había propuesto al Senado 19 años antes. Fue aprobada en el Congreso por unanimidad. Nadie se atrevía a objetarla.

En 1972 denuncia en la Asamblea General de las Naciones Unidas la agresión internacional de que es víctima su país. Es ovacionado de pie durante largos minutos. Visita ese mismo año la Unión Soviética, México, Colombia y Cuba.

En 1973, al realizarse las elecciones parlamentarias de marzo, la Unidad Popular obtiene un 45 por ciento de los votos y aumenta su representación parlamentaria.

No pueden prosperar las medidas promovidas por los yanquis en las dos Cámaras para destituir al Presidente.

El imperialismo y la derecha agudizan una lucha sin cuartel contra el gobierno de la Unidad Popular y desatan el terrorismo en el país.

Le escribí seis cartas confidenciales a mano, con letra pequeñita y una pluma de punta fina entre los años 1971 y 1973, en las que le abordaba temas de interés con la mayor discreción.

El 21 de mayo de 1971 le decía:

“...Estamos maravillados de tu extraordinario esfuerzo y tus energías sin límites para sostener y consolidar el triunfo.
“Desde aquí se puede apreciar que el poder popular gana terreno a pesar de su difícil y compleja misión.
“Las elecciones del 4 de Abril constituyeron una espléndida y alentadora victoria.
“Han sido fundamentales tu valor y decisión, tu energía mental y física para llevar adelante el proceso revolucionario.
“Seguramente les esperan a ustedes grandes y variadas dificultades a enfrentar en condiciones que no son precisamente ideales, pero una política justa, apoyada en las masas y aplicada con decisión no puede ser vencida...”

El 11 de septiembre de 1971, le escribí:

“El portador viaja para tratar contigo los detalles de la visita.
“Inicialmente, considerando un posible vuelo directo en avión de Cubana, analizamos la conveniencia de aterrizar en Arica e iniciar el recorrido por el norte. Surgen luego dos cosas nuevas: interés expresado a ti por Velazco Alvarado de un posible contacto en mi viaje hacia esa; posibilidad de contar con un avión soviético IL-62 de mayor radio. Esto último permite, si se quiere, arribar en vuelo directo a Santiago.
“Va un esquema de recorrido y actividades para que tú añadas, suprimas e introduzcas las modificaciones que estimes pertinente.
“He procurado pensar exclusivamente en lo que pueda ser de interés político sin preocuparme mucho el ritmo o la intensidad del trabajo, pero todo en absoluto queda sometido a tus criterios y consideraciones.
“Hemos disfrutado mucho los éxitos extraordinarios de tu viaje a Ecuador, Colombia y Perú. ¿Cuándo tendremos en Cuba la oportunidad de emular con ecuatorianos, colombianos y peruanos en el enorme cariño y el calor con que te recibieron?”
En aquel viaje, cuyo esquema transmití al presidente Allende, salvé milagrosamente la vida. Recorrí decenas de kilómetros ante una multitud enorme, situada a lo largo del camino. La Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos organizó tres acciones para asegurar mi asesinato durante ese viaje.
En una entrevista de prensa anunciada con anterioridad, había una cámara suministrada por una emisora televisiva de Venezuela equipada con armas automáticas, manejada por mercenarios cubanos que con documentos de ese país habían ingresado a Chile.
El valor les falló a los que solo tenían que apretar el gatillo durante el largo tiempo que duró la entrevista y las cámaras me enfocaron.
No querían correr el riesgo de morir. Me habían perseguido, además, por todo Chile, donde no me volvieron a tener tan cerca y vulnerable. Sólo pude conocer los detalles de la cobarde acción años más tarde. Los servicios especiales de Estados Unidos habían llegado más lejos de lo que podíamos imaginarnos.

El 4 de febrero de 1972 escribí a Salvador:

“La delegación militar fue recibida con el mayor esmero por todos aquí. Las Fuerzas Armadas Revolucionarias dedicaron prácticamente todo su tiempo durante esos días a atenderla. Los encuentros fueron amistosos y humanos. El programa intenso y variado. Mi impresión es que el viaje ha sido positivo y útil, que existe la posibilidad y es conveniente seguir desarrollando estos intercambios.
“Con Ariel hablé sobre la idea de tu viaje. Comprendo perfectamente que el trabajo intenso y el tono de la contienda política las últimas semanas no te hayan permitido considerarlo para la fecha aproximada que mencionamos en esa. Es indudable que no habíamos tomado en cuenta estas eventualidades.
Por mi parte, aquel día, vísperas de mi regreso, cuando cenábamos ya de madrugada en tu casa, ante la falta de tiempo y la premura de las horas, me tranquilizaba pensar que relativamente pronto nos volveríamos a encontrar en Cuba donde íbamos a disponer la posibilidad de conversar extensamente.
Tengo, no obstante, la esperanza de que puedas tomar en consideración la visita antes de mayo. Menciono este mes, porque a más tardar, desde mediados del mismo, tengo que realizar el viaje, ya impostergable, a Argelia, Guinea, Bulgaria, otros países y la URSS. Esta amplia visita me llevará considerable tiempo.
“Te agradezco mucho las impresiones que me comunicas sobre la situación. Aquí, cada día más familiarizados, interesados y afectados emotivamente todos con el proceso chileno, seguimos con gran atención las noticias que llegan de allá. Ahora podemos comprender mejor el calor y la pasión que debió suscitar la revolución cubana en los primeros tiempos. Podría decirse que estamos viviendo nuestra propia experiencia a la inversa.
“En tu carta puedo apreciar la magnífica disposición de ánimo, serenidad y valor con que estás dispuesto a enfrentar las dificultades. Y eso es fundamental en cualquier proceso revolucionario, especialmente cuando se desarrolla en las condiciones sumamente complejas y difíciles de Chile.
Yo regresé con una extraordinaria impresión de la calidad moral, cultural y humana del Pueblo Chileno y de su notable vocación patriótica y revolucionaria. A ti te ha correspondido el singular privilegio de ser su conductor en este momento decisivo de la historia de Chile y de América, como culminación de toda una vida de lucha, como dijiste en el estadio, consagrada a la causa de la revolución y el socialismo. Ningún obstáculo puede ser invencible.
Alguien dijo que en una revolución se marcha adelante con ‘audacia, audacia y más audacia’. Yo estoy convencido de la profunda verdad que encierra este axioma.”

Le escribí de nuevo al presidente Allende el 6 de septiembre de 1972:

“Con Beatriz te mandé mensaje sobre distintos tópicos. Después que ella partió y con motivo de las noticias que estuvieron llegando la pasada semana, decidimos enviar al compañero Osmany para ratificarte nuestra disposición de colaborar en cualquier sentido, y a la vez tú puedas comunicarnos a través de él tu apreciación de la situación y tus ideas con relación al viaje proyectado a esta y otros países.
El pretexto del viaje de Osmany será inspeccionar la Embajada cubana, aunque no se le dará publicidad alguna. Queremos que su estancia en esa sea muy breve y discreta.
“Los puntos planteados por ti a través de Beatriz ya se están cumplimentando...
“Aunque comprendemos las actuales dificultades del proceso chileno, tenemos la confianza de que ustedes hallarán el modo de vencerlas.
“Puedes contar enteramente con nuestra cooperación. Recibe un saludo fraternal y revolucionario de todos nosotros.”

El 30 de junio de 1973 enviamos una invitación oficial al presidente Salvador Allende y a los partidos de la Unidad Popular a la conmemoración del 20 Aniversario del ataque al Cuartel Moncada.

En carta aparte, le digo:

“Salvador:
“Lo anterior es la invitación oficial, formal, para la conmemoración del 20 Aniversario. Lo formidable sería que tú pudieras dar un salto a Cuba para esa fecha. Puedes imaginarte lo que significaría eso de alegría, satisfacción y honor para los cubanos. Sé que eso sin embargo depende más que nada de tus trabajos y de la situación en esa. Lo dejamos por tanto a tu consideración.
“Todavía estamos bajo el impacto de la gran victoria revolucionaria del día 29 y tu brillante papel personal en los acontecimientos. Es natural que muchas dificultades y obstáculos subsistirán pero estoy seguro de que esta primera prueba exitosa les dará gran aliento y consolidará la confianza del pueblo. Internacionalmente se ha dado gran relieve a los sucesos y se aprecia como un gran triunfo.
“Actuando como lo hiciste el 29, la revolución chilena saldrá victoriosa de cualquier prueba por dura que sea.
Te reitero que los cubanos estamos a tu lado y que puedes contar con tus fieles amigos de siempre.”

El 29 de julio de 1973 le envío la última carta:

“Querido Salvador:
“Con el pretexto de discutir contigo cuestiones referentes a la reunión de países no alineados, Carlos y Piñeiro realizan un viaje a esa. El objetivo real es informarse contigo sobre la situación y ofrecerte como siempre nuestra disposición a cooperar frente a las dificultades y peligros que obstaculizan y amenazan el proceso. La estancia de ellos será muy breve por cuanto tienen aquí muchas obligaciones pendientes y, no sin sacrificio de sus trabajos, decidimos que hicieran el viaje.
“Veo que están ahora en la delicada cuestión del diálogo con la D.C. en medio de acontecimientos graves como el brutal asesinato de tu edecán naval y la nueva huelga de los dueños de camiones.
Imagino por ello la gran tensión existente y tus deseos de ganar tiempo, mejorar la correlación de fuerzas para caso de que estalle la lucha y, de ser posible, hallar un cauce que permita seguir adelante el proceso revolucionario sin contienda civil, a la vez que salvar tu responsabilidad histórica por lo que pueda ocurrir.
Estos son propósitos loables. Pero en caso de que la otra parte, cuyas intenciones reales no estamos en condiciones de valorar desde aquí, se empeñase en una política pérfida e irresponsable exigiendo un precio imposible de pagar por la Unidad Popular y la Revolución, lo cual es, incluso, bastante probable, no olvides por un segundo la formidable fuerza de la clase obrera chilena y el respaldo enérgico que te ha brindado en todos los momentos difíciles; ella puede, a tu llamado ante la Revolución en peligro, paralizar a los golpistas, mantener la adhesión de los vacilantes, imponer sus condiciones y decidir de una vez, si es preciso, el destino de Chile.
El enemigo debe saber que está apercibida y lista para entrar en acción. Su fuerza y su combatividad pueden inclinar la balanza en la capital a tu favor aun cuando otras circunstancias sean desfavorables.
“Tu decisión de defender el proceso con firmeza y con honor hasta el precio de tu propia vida, que todos te saben capaz de cumplir, arrastrarán a tu lado a todas las fuerzas capaces de combatir y a todos los hombres y mujeres dignos de Chile. Tu valor, tu serenidad y tu audacia en esta hora histórica de tu patria y, sobre todo, tu jefatura firme, resuelta y heroicamente ejercida, constituyen la clave de la situación.
“Hazles saber a Carlos y a Manuel en qué podemos cooperar tus leales amigos cubanos.
“Te reitero el cariño y la ilimitada confianza de nuestro pueblo.”

Esto lo escribí mes y medio antes del golpe. Los emisarios eran Carlos Rafael Rodríguez y Manuel Piñeiro.

Pinochet había conversado con Carlos Rafael. Le había simulado una lealtad y firmeza similares a las del general Carlos Prats, Comandante en Jefe del Ejército durante parte del gobierno de la Unidad Popular, un militar digno al que la oligarquía y el imperialismo pusieron en total crisis, que lo obligó a renunciar al mando, y fue más tarde asesinado en Argentina por los esbirros de la DINA, después del golpe fascista de 1973.

Yo desconfiaba de Pinochet desde que leí los libros de geopolítica que me obsequió durante mi visita a Chile y observé su estilo, sus declaraciones y los métodos que como Jefe del Ejército aplicaba cuando las provocaciones de la derecha obligaban al presidente Allende a decretar el estado de sitio en Santiago de Chile. Recordaba lo que advirtió Marx en el 18 Brumario.
Muchos jefes militares del ejército en las regiones y sus estados mayores querían conversar conmigo dondequiera que llegaba, y mostraron notable interés por los temas de nuestra guerra de liberación y las experiencias de la Crisis de Octubre de 1962. Las reuniones duraban horas en las madrugadas, que era el único tiempo libre para mí.

Yo accedía por ayudar a Allende, inculcándoles la idea de que el socialismo no era enemigo de los institutos armados. Pinochet, como jefe militar, no fue una excepción. Allende consideraba útiles estos encuentros.

El 11 de septiembre de 1973 muere heroicamente defendiendo el Palacio de La Moneda. Combatió como un león hasta el último aliento.

Los revolucionarios que resistieron allí la embestida fascista contaron cosas fabulosas sobre los momentos finales. Las versiones no siempre coincidían, porque luchaban desde diferentes puntos de Palacio. Además, algunos de sus más cercanos colaboradores murieron, o fueron asesinados después del duro y desigual combate.

La diferencia de los testimonios consistía en que unos afirmaban que los últimos disparos los hizo contra sí mismo para no caer prisionero, y otros que su muerte sobrevino por fuego enemigo. El Palacio ardía atacado por tanques y aviones para consumar un golpe que consideraban trámite fácil y sin resistencia. No hay contradicción alguna entre ambas formas de cumplir el deber. En nuestras guerras de independencia hubo más de un ejemplo de combatientes ilustres que, cuando ya no había defensa posible, se privaron de la vida antes de caer prisioneros.
Hay mucho que decir todavía sobre lo que estuvimos dispuestos a hacer por Allende, algunos lo han escrito. No es el objetivo de estas líneas.

Hoy se cumple un siglo de su nacimiento. Su ejemplo perdurará.

Fidel Castro Ruz, Junio 26 de 2008

(*) tomado de Viejoblues.com

lunes, junio 16, 2008

OCHENTA veces CHE


En el 80 aniversario de su nacimiento, se inauguró en Argentina, en la ciudad de Rosario, la escultura de Ernesto Che Guevara. Su creador, el artista Andrés Zerneri, contó lo maravilloso que resultó iniciar un camino, donde la gente fue protagonista excluyente, ya que para realizar la obra debían donar una llave de bronce. Se necesitaron 75.000 llaves para levantar esta figura de 4 metros de alto y 3 toneladas de peso.

Miles de trabajadores, militantes y gente de los barrios convergieron en el acto que contó entre sus oradores a Aleida, una de las hijas del Che, quien hizo hincapié en no perder de vista donde está el enemigo, en un continente convulsionado por los procesos que se viven en Bolivia, Cuba y Venezuela. También se refirió al conflicto agrario argentino denunciando la aberración que le produce saber que el día anterior los productores rurales habían tirado a la ruta 4 millones de litros de leche. Esa fue la única mención al conflicto, porque aunque se referenció como integrante de esta Patria Grande llamada Latinoamerica, no quiso involucrarse directamente en la política interna argentina.

También dijo lo suyo el general Rogelio Acevedo González, compañero de lucha del Che, quien reivindicó su presencia internacionalista y solidaria. Y puso como ejemplo de su enseñanza a los 30.000 trabajadores cubanos que actualmente cumplen labores en más de 70 países. En los tres discursos se hizo mención especial a los 5 patriotas cubanos presos desde hace nueve años en las cárceles del Imperio, para los cuales se pidió su inmediata liberación, lo que motivó un cerrado aplauso de los presentes.

Cabe destacar que durante el día sábado se produjeron cortes de rutas en los accesos a la ciudad de Rosario, y escasea el combustible por un paro de transportistas lo que afectó de manera considerable a que hubiera una mayor concurrencia.

El acto culminó cuando Daniel Viglieti y Vicente Feliú deleitaron a la concurrencia con ese himno titulado “Hasta Siempre Comandante”.

viernes, junio 13, 2008

El 80 cumpleaños del Che




Por Frei Betto (*)


El 14 de junio Che Guevara cumpliría ochenta años. Su militancia entre nosotros terminó a los treinta y nueve.

Pero no consiguieron matarlo. Hoy está más vivo que en sus cuatro décadas de existencia real. Además, son raros los revolucionarios que como Mao y el propio Fidel, envejecen. Muchos derramaron temprano su sangre para contribuir al proyecto de un mundo de libertad, justicia y paz: Jesús, con 33 años; Martí, 42; Sandino, 38; Zapata, 39; Farabundo Martí, 38; solo para citar unos pocos ejemplos.

El enemigo se debe arrancar los cabellos al constatar que, hoy, Che se encuentra más presente que en la época en que ellos creían poder asesinar las ideas. Intentaron todo para condenarlo al olvido; cortaron su cuerpo y escondieron sus miembros en diferentes lugares; inventaron sobre él toda suerte de mentiras; prohibieron que su literatura circulase en muchos países. Fénix obstinada, Che revive en fotos, música, espectáculos teatrales, filmes, poemas, novelas, esculturas y textos académicos. Hasta una cerveza bautizaron con su nombre, la Unique Garden, la imagen de su rostro conforme la famosa foto de Korda, ocupa el centro de las salas de las viviendas.

Al constatar que las cadenas no aprisionan los símbolos, ni las balas matan los ejemplos, inventaron falsas biografías para intentar difamarlo. En vano. Hasta en los juegos de fútbol los aficionados levantan pancartas con su rostro. Y vean que no se gasta un centavo en esa propagación de su imagen. Ella sola tiene importancia por reflejar las ideas que hicieron de él un revolucionario. Nada de eso es fruto del marketing. Son gestos espontáneos de quienes quieren enfatizar que la utopía permanece viva.

Hoy, al resumir el legado del Che y celebrar sus ochenta años nos exige mantener el corazón y los ojos vueltos hacia la preocupante situación de nuestro planeta, donde impera la hegemonía del neoliberalismo. Multitudes, sobre todo jóvenes, son atraídas al individualismo y no al espíritu comunitario; a la competitividad y no a la solidaridad; a la ambición desmedida y no a la lucha en pro de la erradicación de la miseria.

Se habla tanto del fracaso del socialismo en el Este europeo y casi nunca del fracaso inevitable del capitalismo para los dos tercios de la humanidad, de los cuatro billones de personas que viven por debajo de la línea de pobreza.

Nos angustia también la degradación ambiental. Si los líderes mundiales hubiesen oído el alerta de Fidel en la Cumbre del 92 en Río de Janeiro quizás la devastación no hubiese llegado al extremo de provocar frecuentes tsunamis, tornados, tifones y huracanes jamás vistos, sin hablar del calentamiento global, del deshielo de los casquetes polares y la desertificación de los bosques. La devastación de la Amazonía es alarmante.

El barril de petróleo, que cuesta diez dólares en la boca del pozo, ya cuesta más de ciento veinte dólares en el mercado. Es triste constatar que grandes áreas agrícolas para la alimentación son reservadas para la producción de etanol destinado a nutrir los 800 millones de vehículos automotores que circulan en todo el planeta y no a los 824 millones de bocas hambrientas amenazadas por la muerte precoz. Frente a ese mundo en que la especulación financiera suplantó la producción de bienes y servicios, en que la bolsa de valores sirve de termómetro de la supuesta felicidad del hombre, ¿qué hacer?

Bolívar debe estar feliz con la primavera democrática en América del Sur. Después de los ciclos de dictaduras militares y gobiernos neoliberales, ahora el pueblo elige gobiernos que rechazan el ALCA, aprueban el ALBA y refuerzan el MERCOSUR y repudian la invasión de Iraq y el bloqueo a Cuba por parte del gobierno de Estados Unidos.

¿Cuál es la mejor manera de conmemorar los ochenta años del Che? Creo que el mejor regalo sería ver a las nuevas generaciones creyendo y luchando por otro mundo posible, donde la solidaridad sea hábito, no virtud; la práctica de la justicia una exigencia ética; el socialismo el nombre político del amor.

¡Construir un mundo sin degradación ambiental, hambre y desigualdad social!
En vísperas del aniversario 50 de la Revolución cubana, todos debemos encararla cada vez más, no como un hecho del pasado y sí como un proyecto de futuro.

(*) Tomado de http://www.desdeabajo.org.mx/

lunes, junio 02, 2008

UNASUR: una integración al compas de la samba


Por Raúl Zibechi (*)

No es ALBA, ni el MERCOSUR ampliado, ni la integración energética que venía trabajando Venezuela. La UNASUR, impulsada por Brasil, tiene ventajas y desventajas: entre las primeras, potencia la autonomía regional respecto de los Estados Unidos; pero es un tipo de integración a la medida de las grandes empresas brasileñas.

El 23 de mayo, en Brasilia, once presidentes y un vicepresidente en representación de los doce países de América del Sur, firmaron el Tratado Constitutivo de la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR). El tiempo dirá, pero todo indica que se trata de un hecho que hará historia en el largo y complejo proceso de integración de los países de la región y, muy en particular, de la afirmación de un proyecto propio que necesariamente toma distancias de Washington.

El proceso en curso presenta dos novedades respecto a los anteriores. Uno, es el neto protagonismo de Brasil que se ha convertido en la locomotora regional, luego de tejer una alianza estratégica con Argentina. El resto de los países pueden elegir entre seguir la corriente del país que representa la mitad del PIB regional y de su población y es, junto a Rusia, China e India, uno de los principales emergentes del mundo. Pero, además, el único en condiciones de liderar un proceso que colocará a la región como uno de los cinco o seis polos de poder global.

El segundo, es que la seguridad regional ha sido sustituida a la energía como disparador de la integración. Luiz Inacio Lula da Silva presentó la propuesta de crear un Consejo de Defensa Suramericano, del que sólo la Colombia de Alvaro Uribe tomó distancias. No obstante, se ha creado un grupo de trabajo que en 90 días presentará un informe técnico con el objetivo de eliminar las divergencias existentes. Lula se mostró confiado en que Uribe aceptará la integración en materia de seguridad, luego de su viaje a Bogotá el próximo 20 de julio.

De este modo, la diplomacia de Itamaraty arrincona las expectativas del Pentágono de abrir un frente militar, luego del ataque al campamento de las FARC en suelo ecuatoriano el pasado 1 de marzo. Esta es apenas la fase final de una estrategia que comenzó con maniobras conjuntas entre Brasil y Argentina, cuyas hipótesis de conflicto consistían en la defensa de los recursos naturales ante una potencia extracontinental. En noviembre de 2006, el coronel Oliva Neto, quien dirige el Núcleo de Asuntos Estratégicos de la Presidencia de Brasil, había hecho la propuesta de crear unas fuerzas armadas regionales como parte del proyecto Brasil en Tres Tiempos, que busca convertir a la nación en un “país desarrollado” para 2022.

Para horror de Washington, y de las derechas vernáculas, la región contará en adelante con cuatro poderosas instancias de integración: la UNASUR, el Consejo de Defensa, y según el anuncio de Lula, “un banco central y una moneda única”. No está claro qué papel jugará el Banco del Sur, aunque es probable que Brasilia opte por otro formato en línea con su poderoso Banco Nacional de Desarrollo, que cuenta con más fondos para invertir en la región que el FMI y el propio Banco Mundial.

Sin duda, esta integración a la medida del “Brasil potencia” no es la que hubiera preferido Hugo Chávez, pero las dificultades por las que atraviesa el proceso bolivariano y los resquemores que levanta en la región, fortalecieron la opción brasileña. Que las grandes empresas de ese país (Petrobras, Embraer, Odebrecht, Camargo Correa, Itaú, etc) serán las grandes beneficiarias, está fuera de duda. Seguramente, sea el precio a pagar por romper dependencias más onerosas.

Analistas conservadores como el argentino Rosendo Fraga, esperan que “la heterogeneidad de los doce países de la región” (Nueva Mayoría, 20 de mayo) sea la piedra en el zapato del proceso de integración. Washington tiene las mismas expectativas y, además, trabaja con ahínco para ello. Llama la atención, en vista de las escasas perspectivas de futuro que tienen los pequeños países en un mundo globalizado, que el único presidente que faltó a la cita haya sido Tabaré Vázquez.


(*) Raúl Zibechi, periodista uruguayo. Tomado de http://alainet.org/