sábado, marzo 14, 2009

Un salto al vacío




El gobierno de Cristina Fernández de Kirchner presentó un proyecto de ley para adelantar las elecciones legislativas al 28 de junio (estaban programadas para octubre) en una clara demostración de debilidad. Demuestra que la oposición tenía razón cuando afirmaba que ante la crisis económica nacional y global el gobierno llegaba muy mal trecho a octubre.

Mientras la situación económica es cada vez más aguda, el gobierno sigue haciendo actos fundacionales de proyectos que se paralizan a los pocos días por falta de recursos. En una de las medidas más trascendentes tomada por Cristina, el pasado año disolvió las Administradoras de Fondos de Jubilación y Pensión (AFJP) pasando todos los recursos a manos del Estado, terminando con una de las mayores estafas a la población y al país pergeñadas en la presidencia de Carlos Menem. Pero ni esos fondos les son suficientes para menguar la crisis, por lo que Cristina está buscando que el FMI le adjudique un crédito salvador.

En el plano político el peronismo se está desgranando. Muchos líderes provinciales del partido Justicialista tuvieron una actitud crítica (cuando no opositora) con el gobierno nacional durante el conflicto con el campo (que ya cumplió un año) y viendo la debilidad del poder central se aprestan a conformar listas por fuera de la estructura partidaria (Carlos Reutemann en Santa Fe, Jorge Busti en Entre Ríos, Alberto Fernández en Buenos Aires son solo algunos ejemplos).

Ante esta situación de debilidad y con la certeza de que puedan perder grandes cuotas de poder los Kirchner no le hacen asco a nada. El domingo pasado, el oficialismo se presentó a elecciones en la provincia de Catamarca aliado con el ex gobernador Ramón Saadi y el sindicalista Luis Barrionuevo, dos personajes nefastos de la política nacional. Y fue derrotado en forma contundente.

¿Que nos depararán estos tres meses de campaña electoral? El gobierno no solucionó el conflicto con el campo, está enfrentado con los grandes medios de comunicación, el costo de vida sube aceleradamente, la oposición solo está de acuerdo en voltear al gobierno, pero ni en las candidaturas se ponen de acuerdo. Los partidos de izquierda que debieran aprovechar esta coyuntura de crisis global del capitalismo para organizar a la clase trabajadora y salir a la lucha están atomizados y enfrentados entre si. Y el pueblo que está harto del gobierno y no le cree a la oposición, terminará votando a cualquier opción de la derecha: porque si no hay un proyecto revolucionario ni organización popular que lo respalde, la salida que visualiza la gente -que obviamente no es salida de la crisis- siempre es por derecha.

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