domingo, abril 06, 2008

El paro del campo


Luego de tres semanas de lockout y corte de rutas, las cuatro entidades que representan al campo resolvieron suspender la medida por 30 días para negociar con el gobierno. Todos los sectores se mostraron triunfantes: el gobierno porque logró quebrar el paro sin rebajar las retenciones (motivo inicial de la protesta) y el campo porque consiguió la promesa de sentarse con el gobierno a discutir rebajas en fletes, créditos para los pequeños productores y subsidios.

Pero no todo es del color que se presenta. El gobierno debe afrontar este año compromisos internacionales por más de 10.000 millones de dólares, y el único plan económico que sostiene a rajatabla es la caja recaudadora. Además las entidades no solo quieren negociar por las retenciones a la soja, sino que ahora buscan acuerdos por la ganadería y la lechería.

Pero el campo no lleva todas las de ganar. Golpeó muy fuerte el desabastecimiento de productos esenciales. Y como si eso fuera poco, la Federación Agraria quedó muy ligada a la Sociedad Rural en una alianza que los dirigentes no saben bien como justificar. Ese muerto no lo va a levantar muy fácilmente.

La oligarquía, con la complicidad de los medios de comunicación, buscó crear un estado de ingobernabilidad a través de los "espontaneos cacerolazos", pero en la práctica solo tuvieron eco en la pequeña minoría de barrio norte de la ciudad, muy condescendientes desde siempre a las dictaduras fascistas.

Cuando hablo de los medios no me refiero solo a las empresas periodísticas, sino también a los profesionales que transmiten la información y que dan opinión (noteros, cronistas y presentadores de noticieros NO están excluidos). Jugaron un rol detestable, desinformando, dándole una cobertura desmesurada a la opinión de los “pobres productores” y minimizando actos criminales como haber tirado a la calle 7.000 litros de leche, o un cargamento de naranjas. Dando una verdadera bofetada a millones de personas que necesitan los alimentos.

Los periodistas no pueden aducir que son simples empleados, que obedecen a quienes les pagan el salario. El argumento de la Obediencia Debida ya lo utilizaron los represores de la última dictadura para justificar violaciones, torturas, asesinatos y 30000 desapariciones. Tienen la RESPONSABILDAD de informar con honestidad intelectual. Y no lo hicieron.

Del lado empresario son para destacar el matutino “La Nación” vocero histórico de la oligarquía que fogoneó la protesta a través de sus editoriales y sus encumbradas plumas (Joaquin Morales Solá, y Mariano Grondona) y el papel jugado por el canal de cable Todo Noticias, del grupo “Clarín”. Para dar un ejemplo, cuando la presidenta Cristina Kirchner daba sus discursos, colocaba la imagen de ella en un cuarto de pantalla. Los otros 3 cuartos lo ocupaba la imagen de los productores que insultaban y gesticulaban contra la primera dama. Esto lo aprendieron de Globo Visión y RCTV en Venezuela, quienes hicieron lo mismo contra el presidente Hugo Chávez durante la movilización antigubernamental del 11 de abril del 2002, previa al frustrado golpe de estado.

Los más perjudicados en este conflicto, son los millones de trabajadores que se encuentran con aumentos exorbitantes en el precio de la carne, el pollo y las frutas. Y no tienen una representación gremial ni política acorde a sus circunstancias.

(*) El que aparece en la imagen durante los cacerolazos "espontaneos" del 25 de marzo es Cosme Beccar Varela, maximo dirigente de Tradicion Familia y Propiedad. Organizacion ultramontana que apoyó a todas las dictaduras del continente americano. Fue tomada por la Agencia France Press

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