miércoles, diciembre 13, 2006

La vejez no viene sola



El presidente brasileño Luiz Inacio da Silva, confesó ante empresarios y periodistas que es demasiado viejo para ser de izquierda, en un acto organizado por la revista “Istoé”, que lo eligió el personaje del año. “Las cosas van cambiando según la cantidad de canas y la responsabilidad que uno tiene”, afirmó y luego agregó: “una persona que es muy anciana y es de izquierda tiene problemas, así como un joven que es de derechas tiene problemas”. Por ultimo se autocalificó como socialdemócrata.

Cual será su espejo socialdemócrata? El del primer ministro británico Tony Blair, quien acompaña todas las aventuras guerreras de Estados Unidos? O será Carlos Andrés Pérez, quien fue factor decisivo para la desarticulación de la OPEP y llevó a Venezuela a la peor crisis económica y social que se recuerde? O quizás Carlos “Chacho” Alvarez, aquel vicepresidente de Fernando de la Rua, cuyo mayor logro como funcionario fue abrirle la puerta a Domingo Cavallo, para que fuera superministro de la Alianza?

El juego de las diferencias

Que diferencia a la socialdemocracia (supuestamente de centroizquierda) de la derecha?
Podríamos enumerar un discurso progresista que hace hincapié en la libertad individual, en los derechos humanos y en la ecología. Pero solo un discurso. Porque en los hechos, la raíz de clase explotadora es la misma. Y si la socialdemocracia internacional está enfrentada con el Imperio, no es por divergencias ideológicas, sino por una guerra de mercados. Por ver quien se queda con la mayor parte de la torta.

Por otra parte cuando habla de juventud, a que se refiere Lula? A la edad biológica o la edad mental? A que cuando somos jóvenes tenemos nobles ideales y cuando maduramos nos entregamos al mejor postor? Y donde lo colocamos a Fidel en esa categorización? Es quizás todavía un joven idealista que no ha madurado?

Cierro los ojos y trato de imaginarme a Ernesto “Che” Guevara en el año 2006, con sus jóvenes 78 años, compartiendo cócteles con empresarios y la flor y nata de la socialdemocracia internacional... Pero no puedo. Por más que lo intente una y otra vez, mi cabeza no lo puede imaginar. Un político argentino dijo alguna vez que “se vuelve de todos lados, menos del ridículo”. Lula, ya no tiene retorno.

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