domingo, junio 24, 2007

¿Va a estar bueno, Buenos Aires?


La formula que encabezó Mauricio Macri se impuso por el 60% de los votos contra el 40 % de Daniel Filmus, en la elecciones de Jefe de Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

El ganador al frente de una coalición de derecha se impuso en todos lo barrios y asumirá sus funciones el próximo 10 de diciembre. El actual Jefe de Gobierno, Jorge Telerman, adelantó las elecciones 4 meses con el objeto de alcanzar el ballotaje, pero la ciudadanía no lo acompañó y ahora espera una larga transición.

La ciudad esta con un rojo de alrededor de 1000 millones de pesos (300 millones de dólares), y Macri nunca especificó como bajará ese déficit. Las alternativas que se manejan son 3: bajar el gasto público, con el consiguiente aumento de despidos y paralización de obras; aumentar los impuestos o acudir al endeudamiento exterior. Macri siempre desechó las tres posibilidades, pero no olvidemos que en campaña la derecha nunca dice lo que verdaderamente piensa. El ex presidente Carlos Menem en un recordado reportaje dijo que si hubiera planteado en la campaña su plan de gobierno (privatizaciones de las empresas estatales, destrucción del aparato productivo, indulto a los genocidas, relaciones carnales con el Imperio, endeudamiento brutal con los organismos internacionales, etc) no hubiera ganado las elecciones. Por eso recurrió a dos ejes que jamás se cumplieron: al “salariazo”, y a la “revolución productiva” (sic).

Pero si la derecha triunfó en Buenos Aires, gran parte se debe a la inoperancia del progresismo, que en 7 años de gestión, no pudo darle solución a los problemas de los vecinos: inundaciones ante el menor temporal, escuelas con deficits de infraestructura (se caen los techos de las aulas, muchas de ellas sin calefacción), hospitales desvastados y con insuficientes profesionales, y el problema de la inseguridad, caballito de campaña de Macri que por supuesto, no plantea solucionarlo mejorando la calidad de vida de los ciudadanos sino con represión. Otra de sus propuestas fueron aumentar la obra pública (sus empresas fueron historicamente contratistas del Estado) terminar con los piquetes en el microcentro porteño (para eso necesita que desde Nacion le transfieran la policia) y erradicar las villas de emegencia. En el transfondo de su discurso está la xenofobia, la criminalización de la pobreza y la mano dura.

Se abre un periodo de reordenamiento político. Macri intentará aglutinar a la oposición al gobierno de Kirchner para las próximas elecciones presidenciales de octubre, en las que él se autoexcluyó de participar, porque su mira está puesta en gestionar la Ciudad con eficiencia para ser candidato en el 2011. Para ello intentará hacer realidad el slogan de su partido “Va a estar bueno Buenos Aires”. ¿Estará bueno?

1 comentario:

Anónimo dijo...

Si la izquierda no hace lo que debe, entonces el espacio ya sabemos quien lo ocuparà.
(Zenia)

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