sábado, febrero 17, 2007

Evo cumple lo que promete







El gobierno de Bolivia logró sellar un acuerdo con la empresa estatal brasileña Petrobras, por el precio del gas que esta adquiere en el país andino. Brasil importa diariamente 27 millones de metros cúbicos de gas, y el importe se ubicó en U$S 4,20 por millón de BTU. Esa es la clave por la que consiguió un mejor precio que Argentina, que paga 5 dólares.

Hace tan solo un año, cuando Evo Morales asumió la presidencia de la nación, el precio se ubicaba en U$S 1,09. O sea que Bolivia, uno de los países más empobrecidos del continente, subsidiaba el desarrollo industrial de MERCOSUR.

Bolivia está siendo asediada tanto desde el frente interno como desde el exterior. Las provincias orientales (Santa Cruz de la Sierra, Cochabamba) siguen insistiendo con la secesión. Además cuentan como ariete al parlamento para tratar de entorpecer las medidas que lleva adelante el gobierno de Evo. El MAS (Movimiento al Socialismo) cuenta con mayoría en el Congreso, pero no tiene los dos tercios requeridos para llevar adelante una profunda reforma constitucional. Para una auténtica Refundación del país.

En el frente externo a las discusiones con Brasil por el precio del gas, se le suma la todavía lejana posibilidad de que Chile le ceda una franja de 100 km para que el país tenga acceso al mar. El gobierno socialista de Michelle Bachelet, todavía no ha dado pasos efectivos en esa dirección. Es llamativo el papel que juegan en esta pinza dos gobiernos que a priori deberían ser de los cercanos ideológicamente a Evo Morales. Uno “socialista”, y otro de “los trabajadores”.

Ni uno ni otro responden a lo que entendemos como verdaderamente “Socialista” y de “los trabajadores”. En Chile, el poder militar sigue teniendo una injerencia determinante, además de ser uno de los países más injustos en distribución de riqueza, mientras que el gobierno de Lula sigue aplicando “recetas económicas magistrales” pero ni siquiera es capaz de terminar con el hambre, uno de sus caballitos de batalla en la campaña electoral del año 2002.

Será por eso que son los modelos mimados todo economista-conferencista con aires de catedrático, de todos los comunicadores “serios e independientes”, y por supuesto de la Casa Blanca.

Muy distinto a lo que sucede con el gobierno de Bolivia y su presidente, demonizados de mil maneras por querer llevar adelante las promesas electorales.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Mmmmm. ¡Gobiernos que quieren cumplir promesas electorales¡. Bolivia es uno de ellos.
Pero... la gran prensa no informa sobre ello.