domingo, agosto 13, 2006

Feliz Cumple Comandante



La Fundación Guayasamín y Radio Habana Cuba convocaron a un Concurso latinoamericano y caribeño a propósito de las actividades que se debían efectuar en La Habana los días 10, 11, 12 y 13 de agosto del 2006, con motivo del 80 aniversario del natalicio del Comandante Fidel Castro Ruz, Presidente de la República de Cuba. En el certamen podían participar los residentes en el área geográfica comprendida desde el Río Bravo a la Patagonia, sobre el tema “Aporte de Fidel Castro a la segunda y definitiva independencia de Nuestra América”. En dicho concurso participé y deseo compartir este texto con todos l@s cibernautas.

“Aporte de Fidel Castro a la segunda y definitiva independencia de Nuestra América”


Siempre al hacer un balance de un suceso histórico o de un hecho político, la contemporaneidad es un enemigo peligroso. Porque en la inmediatez, en la cercanía, se pierde perspectiva histórica. Más si tomamos en cuenta que la vida del comandante Fidel Castro Ruz, es un hecho político en si misma. Pero vamos a intentarlo. Un aspecto central de toda revolución es el problema de la unidad, separando en cada etapa los aliados tácticos de los estratégicos. Fidel consideraba ya en 1956, en el escrito “Basta de mentiras”, que la dispersión de fuerzas era la “muerte de la revolución”, en cambio la unión de todos los revolucionarios, era la “muerte de la dictadura”. Lo que en teoría revolucionaria es el abc, en la práctica concreta fue quizás el mayor obstáculo que enfrentaron los distintos movimientos y partidos revolucionarios de nuestra América. Siempre privilegiando las diferencias a los acuerdos, por mas mínimos que fueran. Sin ubicar con precisión el enemigo principal y a partir de allí trazar una estrategia. Vimos como a través de los años han sido derrotados la Unión Popular en Chile, o el Frente Farabundo Marti en el Salvador, como para citar algunos ejemplos trágicos.


El primer paso que debe dar toda persona que sienta en su corazón el latir de la revolución, es la unidad. Y en este punto, la revolución cubana en general y Fidel en particular, dieron cátedra a través de los años. Porque si bien en las primeras décadas Cuba tuvo el apoyo material de la Unión Soviética, a partir de la caída del campo socialista se precipitaron un sinfín de dificultades, en especial económicas. Pero pudo salir satisfactoriamente. No solo por tener la lucidez de prever un lustro antes que el socialismo europeo podía sucumbir y tomar por lo tanto las medidas correctivas en su economía. Sino por haber unido en un puño a todos los cubanos, para dar una batalla quizás de las más duras que un pueblo pueda sortear. Con la presión más descarnada a nivel político, gubernamental y comunicacional jamás vista hasta entonces. Si la Unión Soviética, que más que un país era casi un continente, había caído de rodillas ante el capitalismo, ¿cómo no iba a sucumbir esta pequeña isla?


La gran prensa mundial suscribió la idea de que la caída de Cuba en manos capitalista era cuestión de horas. A los sumo, días. Sin embargo, la revolución cubana encabezada por Fidel resistió de pie. El Periodo Especial, no es para cualquiera. Pero el líder les habló con la verdad desde el primer momento, acerca de las penurias que sobrevendrían. Y la gente debatió y apoyó. Solo un pueblo concientizado, encabezado por una dirección revolucionaria podría soportarlo. Esa es otra de las virtudes de la revolución y de Fidel: hablar con claridad al pueblo. Sin mentiras y sin rodeos.


Por ultimo no se puede dejar de mencionar una faceta relevante de Fidel y la Revolución Cubana: el internacionalismo. Fue un rasgo esencial. Tanto en las misiones internacionales a la Republica de Angola, donde la sangre cubana dejo su marca, como a través de miles de maestros y médicos desperdigados por toda Latinoamérica. La solidaridad cubana no es declamativa. Es ostensible en las Naciones Unidas y en cada organismo internacional donde Cuba tenga presencia. Pero no se manifiesta solamente en palabras. Es también solidaridad efectiva. De ello pueden dar fe la Revolución Sandinista a la cual Cuba acompañó con médicos y medicinas, maestros y libros, ingenieros y técnicos especializados. O Argentina que durante la guerra de Malvinas recibió respaldo en la ONU y el ofrecimiento de armas y aviones para repeler la agresión imperialista británica. Hoy en día se manifiesta con claridad en los tratados con la Revolución Bolivariana: en el plan de salud “Barrio adentro“ que ha dado atención a mas de 17 millones de venezolanos, y en los planes Robinson y Robinson II que han alfabetizado a mas de 1.5 millones. Ante cada política agresiva de Estados Unidos, el gobierno cubano ha dado respuestas. Pero siempre con propuestas. Hoy, mientras el imperio y los gobiernos latinoamericanos condescendientes proponen el ALCA como la panacea para el desarrollo del continente, Cuba y Venezuela contraponen ALBA, la Alternativa Bolivariana para las Americas. Como bien definió Fidel ''ALCA es 'asalto final' a la América Latina. Vienen por todo los que nos queda”.


La solidaridad internacional en Cuba es una política de Estado. Y Fidel como máximo dirigente de la revolución le ha puesto su impronta. El ha trascendido los límites de la isla. Incluso lo del continente. Se ha erigido en una figura de relieve mundial. Y lo que es más importante: sin haberlo propiciado. En Cuba no hay un solo monumento a Fidel. Y esto es otro gran enseñanza: la revolución la llevan a cabo los pueblos. No es la obra de una sola persona, por más lucidez, capacidad y honestidad que tenga.

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